
Todos queremos un México como el que sueño, todos soñamos con un México como el que quiero, pero ¿Cuáles son las razones por las que este sueño no se realiza? ¿Pobreza? ¿Ignorancia? ¿Injusticia? ¿Ambición? ¿Corrupción? Creo, opino y sostengo que razones hay muchas, sin embargo existe un motivo por el cual ese sueño jamás se realiza, EL ESPIRITU DE LA COMPETENCIA.
El espíritu de la competencia es un espíritu terrible que corroe y destruye, invita al hambre a compararse con sus semejantes y con el medio que lo rodea, invita al ser humano a conquistar por el medio mas destructivo, LA GUERRA, así, el hombre se enfrasca en franca lucha con sus hermanos, y es este espíritu precisamente el que fomenta las guerras deportivas, las guerras religiosas, las guerras por el control del poder, las guerras culturales en menor o mayor grado, las guerras deportivas.

Yo vengo hoy con un firme objetivo, tocar puertas y abrir corazones y mentes para depositar un mensaje, una propuesta, una exhortación: si queremos no nada más un México si no un mundo como el que soñamos, ELIMINEMOS EL ESPIRITU DE LA COMPTENCIA, DESTRUYAMOS EL ESPIRITU DE LA COMPETENCIA, QUE DESAPAREZCA PARA SIEMPRE EL ESPIRITU DE LA COMPETENCIA y en su lugar germinemos desde lo mas profundo de nuestro ser uno verdaderamente poderoso, constructivo, creador y perpetuador de vida, me refiero al ESPIRITU DE SERVICIO.
Este espíritu benigno que nace del amor nos llevara a crecer en franca armonía con todo lo que nos rodea sin competir con nadie, sin ofender ni humillar a nadie, sin llenarnos de odio, de envidia, de soberbia o ambición. Este espíritu de servicio ha estado siempre presente entre nosotros, son muchos los grandes hombres que se han inmortalizado a través de él. El hijo de un carpintero que centro sus enseñanzas cuando dijo “AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS”; un hombre nacido del campesinado que llorando dijo a su padre “tu voz para mi es sagrada, mas la voz de mi patria es primero” y un humilde pastor que se elevo a las alturas infinitas cuando manifestó “entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.

Es por eso que hoy los invito que vivamos del espíritu de servicio, y en beneficio el nos dará vida eterna.
“Mares azules y ríos abundantes de vida; campos fértiles rebozando de vegetación; cielo límpido; atmosfera pura, sol radiante y vitalizador; y en franca armonía con la madre natura el hombre libre y de buenas costumbres manifestando en todos los sentidos al creador” Así es como quiero que sea mi México, NO, no solo México, si no mi mundo en el futuro.
